Este enlace es una entrevista con Steve Jobs en 1981 junto con un reportaje sobre ordenadores.
El reportaje destaca la creciente dependencia que la sociedad tiene de los ordenadores. En 1981, el uso de ordenadores personales crecía rápidamente y los ordenadores se utilizaban en la mayoría de las industrias. Y ello a pesar de que los ordenadores eran extremadamente primitivos. No había interfaz gráfica de usuario, y la memoria, la transferencia de datos, la entrada y la salida eran extremadamente limitadas.
Durante el reportaje y la entrevista, Steve Jobs hace su famosa analogía de que el ordenador (y otras herramientas inventadas por el ser humano) es como la bicicleta, amplifica las capacidades humanas. En la entrevista queda claro que reconoce la fuerza imparable en la que se convertirán los ordenadores en el futuro. Evidentemente, ha preparado la entrevista con la analogía de la bicicleta y algunas estadísticas pertinentes en mente.
También es interesante que contaran con un defensor de la privacidad junto a Jobs. Incluso en aquella época los ordenadores tenían acceso a una enorme cantidad de información personal. Si el defensor de la privacidad estaba preocupado en ese momento, es difícil imaginar su nivel de preocupación en la actualidad, cuando el gobierno tiene acceso a casi toda nuestra información privada si es necesario.
Hay paralelismos entre esta entrevista y la forma en que se ve la IA hoy en día. La forma en que hablamos de la IA se parece a la forma en que se habla de los ordenadores en este reportaje. La IA ya se utiliza ampliamente en muchos ámbitos, pero todavía parece estar en una fase primitiva. Es difícil de utilizar y aplicar para cualquiera excepto para los expertos.
Existen tecnologías emergentes, como Botpressque democratizan la IA. Sin embargo, estas tecnologías son nuevas y sólo las utilizan los pioneros. Todavía queda mucho trabajo por hacer para que la IA sea fácil de usar y un largo camino por recorrer hasta que se generalice, pero al igual que el ordenador personal, la generalización de la IA será una explosión.
Jobs habla del ordenador personal democratizando el uso del ordenador. Jobs habla como si hubiera visto el futuro (en el que ahora vivimos). Por supuesto, es difícil exagerar el impacto que el ordenador ha tenido en la sociedad, ha sido así de grande. Jobs dice que su impacto sería mayor que el de la industria petrolera, y aunque eso es discutible, sin duda reconoció que el impacto sería enorme.
De forma similar, la IA puede revolucionar la sociedad. Cuando dentro de 40 años la gente mire atrás, a 2019, tendrá reacciones similares a las nuestras ante el reportaje. Desde un punto de vista, verán que hemos avanzado más de lo que imaginaban, pero desde otro punto de vista verán que nuestra tecnología y nuestra forma de interactuar con el software eran tan primitivas en comparación con 2059.
Para entonces, la gente conversará con el software como lo hace hoy con los humanos y el software cumplirá los deseos del humano antes incluso de que a éste se le ocurran. En ese momento, es probable que las interfaces cerebrales como Neuralink sean lo suficientemente funcionales como para ser útiles en la vida cotidiana, una tecnología que, por supuesto, sólo es posible con la IA.
Es interesante que ahora se planteen preocupaciones similares sobre la IA y la privacidad a las que se plantearon entonces sobre los ordenadores y la privacidad. Una de las conclusiones del reportaje de 1981 es que las preocupaciones de los defensores de la privacidad sobre los ordenadores de entonces palidecen en comparación con los problemas de privacidad que surgieron después. La vigilancia es ahora un tema central en la sociedad, y es el principal motor de negocio de algunas de las mayores empresas del mundo, por no hablar de la principal herramienta de inteligencia de los gobiernos. Esto puede hacernos pensar que nos cuesta imaginar hasta qué punto la IA podría hacer uso de esta vigilancia e inmiscuirse en nuestras vidas. Y eso sin tener en cuenta la amenaza de la IA generalizada.
Sin embargo, como se dice en las noticias, cualquier tecnología tiene usos buenos y malos. Hay que ser consciente de ello y evitar los malos usos.
Al igual que los ordenadores, la IA como herramienta puede ser una poderosa fuerza para el bien en el mundo. La IA, y los dispositivos y programas que controla, están llamados a arraigarse en todos los aspectos de nuestras vidas. Al igual que en 1981 era difícil imaginar a dónde nos llevarían los ordenadores, es difícil imaginar el profundo impacto que la IA va a tener en nuestro mundo.
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